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Archive for abril 2012

La cultura de la inmediatez.

Siempre he tenido claro que hacia donde uno se dirija será necesario pagar el famoso «derecho de piso». El derecho de piso es ese «pago» que los que hemos sido novatos en algo, hemos tenido que hacer cuando se empieza a trabajar sin contar con la experiencia previa requerida o los conocimientos completos para realizar alguna labor. Esto me ha pasado muchas veces, pero nunca esto ha sido un impedimento para perseguir mis sueños ni para dejar de hacer lo que he tenido que hacer para ir alcanzándolos uno por uno, como debería ser.

Cuando obtuve mi primer empleo como Ingeniero Civil aún estaba estudiando, recibía un pago en colones equivalente a unos $70.00 por medio tiempo de trabajo al mes. Sabía que el pago era poco, pero también sabía que era preferible comenzar a obtener esa experiencia desde antes de graduarme y no pasar a ser un profesional recién graduado y comenzar ganando un salario tan chiquito y, lo peor, sin experiencia. Pagar un derecho de piso no es sinónimo de regalar el trabajo, pero, en la medida que uno está consciente de que se es novato, uno puede entender que parte de la paga es precisamente esa experiencia que no se tiene.

Cuando comenzaba con mi grupo de música (La Pita Vieja) y nos acercábamos a los bares a proponer nuestros toques, las contra-propuestas de parte de los propietarios no eran las más felices; era muy común que nos pidieran hacer toques de gratis con la excusa de que nos querían escuchar o simplemente nos ofrecían un pago simbólico con bebidas.

Empecé a escribir poesía en mi adolescencia, sin embargo, debido a que me metí de lleno a la música, me alejé de la poesía por un tiempo. La retomé en 2002 con la intención de dedicarme a escribirla por el resto de mi vida y de manera sistemática. Desde ese momento ya ha transcurrido una década y recién hace un par de años he comenzado a ver algunos pequeños logros en esta área.

Con la fotografía la historia no ha sido distinta. Hago fotos desde los 5 años de edad, siempre tuve a la mano una cámara fotográfica y siempre me ha gustado hacer fotos, pero desde que decidí que haría fotografía ya como una forma de vida, las recompensas han ido llegando de a poco. Puedo decir que he sobrevivido, los últimos años, de hacer fotografías, incluso haciendo de lado mi carrera de ingeniería.

Ciertamente estamos en un época en la que la inmediatez está de moda. Las noticias vuelan, la información está al alcance de un click en la wikipedia, hay cientos de sitios especializados en diferentes temas, los teléfonos celulares nos acortan las distancias y así muchas otras cosas están a la mano. Creo que esto ha generado una cultura de la inmediatez, en la que muchas personas desearían que esa inmediatez se trasladara también a sus cuerpos, es decir, a su crecimiento natural, tanto físico como mental. Lamentablemente esto no es posible y genera una especie de ansiedad en este grupo, lo que los obliga, en muchos casos, a dejar sus proyectos a medio camino, porque no ven resultados inmediatos. Lo he visto muchas veces en personas que son muy inteligentes y creativas, que están aún en un proceso de desarrollo, pero parece que no lo logran ver y mucho menos parecen estar dispuestos a pagar un derecho de piso. Esto me lleva a pensar que lo que se busca en estos casos es más el reconocimiento, en lugar de buscar profundizar en el aprendizaje, al ritmo de cada quien, con mucha paciencia y con el objetivo de lograr, en algún momento, llegar a ser eso de lo que tanto se busca reconocimiento.

Los reconocimientos, si llegan, llegarán ellos solos, como producto del trabajo que se lleva a cabo y no como producto de la inmediatez de este siglo. Creo que es un error trabajar en algo, pensando en el reconocimiento. Las cosas no llegan por arte de magia, no sólo el talento es necesario, también lo es la instrucción, la práctica, la convicción y, sobre todo, el trabajo mismo. Pasa que a veces se quiere meter el gol, sin tener la pelota.

Actualización, a mayo de 2020:

Han pasado 8 años desde este post original, a continuación un par de cosas relevantes que abonan al tema de la inmediatez:

Sigo retirado de la ingeniería y sobrevivo de la fotografía. En poesía, tengo 3 poemarios publicados, obtuve el título de Gran Maestre en Poesía, por el Ministerio de Cultura de El Salvador y he participado en 14 festivales internacionales de poesía, en latinoamérica.

En 2014 empecé a estudiar piano clásico, de manera autodidacta, por lo que nuevamente tuve que experimentar el hecho de ser novato en algo, a 6 años de eso, ya hago mis pininos y nunca he sentido el deseo de abandonar.

Siempre que salimos de nuestra zona de confort nos convertimos en novatos, y eso no está mal, no hay por qué tener miedo, ya que ese tránsito es indispensable para que los resultados lleguen, eventualmente.

 

¿Para qué sirven los megapixeles de una cámara?

abril 23, 2012 1 comentario

Resulta que el mercadeo de cámaras fotográficas nos bombardea con pixeles o megapixeles, parece que la mejor cámara es la que tiene más pixeles, que si 15MP, 18MP, 35 MP. Frecuentemente, como fotógrafo, recibo consultas de mis amigos cuando quieren comprar cámara y lo primero que me dicen es que es de «tantos» MP (mega pixeles), como para justificar la calidad de las fotografías que esa cámara hace.

Pues bien, pongamos la cosas claras: la cantidad de pixeles de una cámara únicamente sirve para el tamaño máximo al que se podrán imprimir la fotos, no tiene nada que ver con la nitidez de la foto, ni la calidad de la imagen. Por ejemplo, una cámara de 10MP, nos dará un tamaño de impresión de aproximadamente unos 12 x 18 pulgadas, esto es grande, y si se usa algún programa de edición, seguramente podremos agrandar la foto para imprimir hasta en tamaño de 20 x 30 pulgadas, sin ningún problema.

Hasta le fecha he participado en unas 9 exposiciones y en ningún caso he requerido imprimir en más de 12 x 18 pulgadas, por lo tanto, mi cámara que es de tan solo 10MP, me es suficiente. El punto es que si alguien no tiene pensado en imprimir sus fotos más grandes que esos tamaños, entonces deberían olvidarse de tantos mega pixeles y buscar cámaras con funciones más importantes, orientadas a realizar una mejor foto y que ofrezcan controles manuales.

Esto que escribo de los megapixeles aplica tanto para camaritas digitales como para cámaras réflex. En ambos casos se trata del tamaño de la impresión, sin embargo, debe tenerse claro que la calidad (nitidez) de la imagen en una camarita digital es relativamente inferior a la de una cámara réflex. Por ejemplo, en el caso de que ambas cámaras tuvieran el mismo pixelaje, se podrían obtener impresiones del mismo tamaño. Pero, por otro lado,  debido a la calidad en sí de cada cámara, la calidad de la fotos impresas podría ser diferente al compararlas entre sí.

Por otro lado, los famosos «DPI» (dots per inch) o «PPI» (pixels per inch), también son un valor que sólo importa a la hora de imprimir. Por eso, normalmente se ocupa un valor de 72 dpi o ppi para fotos que sólo serán publicadas en la web. Para impresiones, normalmente se trabaja en 200 dpi o ppi, para que la foto, una vez impresa y ampliada, no quede granulada.

Resumen:

Megapixeles: para impresiones de hasta 20 x 30 pulg, suficiente con 10 MP.

DPI: para la web se recomienda usar un mínimo de 72 dpi y para impresiones un mínimo de 200  dpi.

Como siempre, si surge alguna pregunta, no duden en contactarme, con gusto les amplío.

ЃÔר

Se es poeta, no mago.

«Ustedes son poetas, no magos» nos decía en algunas ocasiones Rafael Menjívar Ochoa, en tono de broma. Pertenecí al «taller literario» de La Casa del Escritor, a la que cariñosamente le llamamos «La Casa», durante la «era» en la que Menjívar fue director. Escribo «taller literario», entre comillas, porque le llamábamos así, pero realmente era algo más sencillo que un taller literario y, a la vez, algo más complejo (¿cómo?).

El «taller» era más bien como un lugar en el que nos reuníamos personas que teníamos un interés en común: escribir poesía. No se trataba del típico taller en el que hay un docente que dirige una clase, que explica la teoría y luego pone a los talleristas a hacer prácticas. Nos reuníamos principalmente a platicar, de todo un poco, algunos hablaban de series de televisión, otros de tiras cómicas, otros del trabajo, de cuestiones de salud, de moda, en fin, de tantas banalidades, y, en algún momento de la tarde, nos dedicábamos a leer la poesía que los mismos talleristas habían escrito. Después de cada lectura de un texto se hacía una ronda de crítica, pero hablo de una crítica de verdad, sin piedad, totalmente cruel y honesta, pero siempre con respeto. En el taller, sin que nadie nunca nos lo pidiera, nunca nadie alabó el trabajo de nadie, a menos que el trabajo lo mereciera. No se trataba de aplaudirle a alguien por llevar y leer un poema, por muy malo que fuera, todo lo contrario. La meta era despedazar un texto, si es que el texto lo permitía y considero que eso era una de las claves del éxito. Hacer este tipo de crítica permitía que las personas que la hacían no hablaran sólo por hablar y tuvieran la capacidad de defender técnicamente su crítica, por un lado, y, por otro, que la persona criticada llevara sus textos muy bien trabajados, es decir, corregidos, con la conciencia de que había dado lo mejor de sí antes de sentarse a leer . El facilitador, Rafael Menjívar, también hacía sus comentarios sobre el texto y hacía recomendaciones de lecturas. Algunas veces, durante esta rondas de crítica, surgía el comentario arriba citado: «ustedes son poetas, no son magos». Pero no voy a contar toda las historia sobre el taller, eso puede ser motivo para otro post, mucho más largo, o para varios posts.

El «se es poeta, no mago» va más allá de la broma, está relacionado con una práctica muy frecuente en las personas que empiezan a escribir poesía y en otras que ya tienen bastantes años de escribir, pero que se acomodaron. Esta práctica se trata de que, al momento de escribir y a falta de recursos creativos para combinar dos objetos o ideas del plano real y llevarlos a un plano imaginario o a falta de recursos retóricos, se tiene la tendencia a escribir cosas como: «y el cielo se convirtió en sangre» o «cuando el canto del pájaro se convierte en tu voz» y «versos» de este tipo, en los que se usa el verbo convertir como un comodín o muletilla, que deriva en un recurso de mal gusto a la hora de leer un verso. En el primer caso, «cielo y sangre» son los dos elementos del plano real y al usar el verbo convertir se está tratando, casi de manera forzada e inadecuada, de llevarlos al plano imaginario; sería más creíble, en este caso, ser directo y decir algo como: » y el cielo es sangre». En el segundo caso pasa lo mismo, «el canto del pájaro y tu voz»  son el plano real y a mí me resultaría más creíble y más estético escribir un plano imaginario diferente: «cuando el canto del pájaro transite tu voz», por ejemplo.

El lector no es bobo y pronto se dará cuenta de que se está tratando de venderle una idea, casi a punta de cuchilla. Con esto no quiero decir que el recurso no sea válido, habrá casos en los que funcione de maravilla, de hecho, muchos lo han utilizado, al fin de cuentas, cada quien tiene derecho a escribir como le dé la gana. Pero mi punto va más orientado a estar en contra del abuso del recurso, por llamarle de alguna forma, así como del abuso de cualquier otro recurso, ya sea retórico o de estilo. Esto también es peligroso, pero reitero, eso es opción de cada quien y yo no creo estar libre de este «pecado».

Identificar la belleza a la hora de escribir el poema no es nada fácil, requiere de muchas lecturas y de muchas equivocaciones y lo peor del caso es que, día con día, entre más se escribe, se vuelve más difícil, en la medida en que se van agotando los recursos.  García Lorca decía que: «He puesto en equilibrio poesías que cojeaban pero que tenían la cabeza de oro». Es recomendable evitar el uso consuetudinario de convertir cosas en cosas y pretender, con ello, hacer poesía; al seguir este consejo se tendrá a la mano un buen filtro a la hora de escribir y se podrán encontrar esas cabezas de oro. Tener esto presente hará un poco más difícil el camino creativo, pero al final, quizá, tendremos menos magos y más poetas.

¿De qué país habla la Secretaria de Cultura?

Yo no tengo nada en contra de esta señora ni de su gestión, de hecho no la conozco, pero hay cosas que dicen que dice, que me da penita.

¿De qué país habla? En la entrevista que le hizo Diario La Página (Ver enlace de entrevista) dice lo siguiente (para justificar la falta de apoyo económico para que los artistas viajemos):

«Los artistas les gustaría que cuando ellos viajan -y ese es el principal apoyo que ellos reclaman- que nosotros asumamos los gastos de viaje y sus gastos de pasaje y eso no se puede. Ser artista es una profesión como ser médico, ser arquitecto o periodista, imagínate que el Estado tuviera que sostener todos esos viajes que son de carácter privado y profesional, no podríamos; yo no tengo y no creo que ningún ministerio tenga un presupuesto para donar pasajes y viáticos.

¿Ser artista es una profesión como ser médico, ser arquitecto o periodista?  ¡Claro!, así es, por eso en El Salvador hay tantas universidades especializadas en arte, por eso los artistas tenemos Seguro Social, por eso hay una ley de cultura que nos incluye, por eso hay tanto artista jubilado que goza plenamente de su tercera edad, por eso hay un registro especial de los profesionales del arte, entre muchas otras carencias.

Aún me queda la duda de si lo que La Página informa es cierto, pero en caso de serlo, que alguien me explique de qué país habla.

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Cómo elegir qué cámara Réflex comprar.

Son muchas las personas que están a punto de decidirse a comprar una cámara réflex digital (las que la mayoría de gente llama «cámaras profesionales»), y dejar en el pasado las «camaritas» digitales que no traen lentes intercambiables. Dar el paso no sólo es cuestión de gustos, también es cuestión de presupuesto, cuestión de técnica, de necesidad, de convicción para realizar el cambio, aunque, también, he de decir que, en muchos casos, el cambio es simplemente por cuestión de moda. En este último caso la gente no tiene la mínima idea de por qué cambiarse a réflex, piensan que simplemente por hacer «el salto» van a ser más creativos, o van a tomar mejores fotos, o el trabajo va a ser más sencillo: nada más alejado de la realidad.

Cambiarse al sistema réflex de lentes intercambiables implica tener un mejor, y un mayor, conocimiento técnico sobre la toma de fotografías, de lo contrario, la persona que da el salto sentirá, incluso, que sus fotos eran mejores cuando lo hacía con la camarita digital. Al dar «el salto», la persona deberá acostumbrarse a trabajar archivos RAW (o crudos), los cuales necesitarán de un trabajo de revelado digital en un programa especial como Lightroom, y probablemente un trabajo de edición. Esto implicará, además, buscar una computadora con un procesador más potente y obtener mayor espacio de disco duro, tanto interno como externo, para almacenar los archivos y para hacer los respectivos back up. Sumado a esto viene la situación en la que tendremos que comprar varios lentes, si es que realmente se le quiere sacar el provecho a la cámara réflex, y que nuestra fotos luzcan diferentes. Las cámaras digitales NO réflex traen un sólo lente con el que se pueden hacer desde macros hasta tomas a larga distancia (telefoto). En cambio, en las cámaras réflex hay lentes especiales para hacer macrofotografía, lentes de tipo gran angular, lentes de focal media y telefotos, esto en cuanto a distancias focales, sin mencionar las diferencias de apertura máxima del diafragma ( f ) que también existen en esos lentes, los estabilizadores de imagen, entre otras cosas,  lo que implica más equipo y más presupuesto.

Si usted es una persona que ya decidió dar el salto y ahora lo que necesita es una ayuda para decidir qué cámara adquirir, mis recomendaciones son las siguientes:

1. Defina claramente el presupuesto del que dispone. Esto significa definir el monto máximo del que usted dispondría al momento de hacer la compra, incluyendo los préstamos que puedan hacerle, las donaciones, el dinerito extra que pueda obtener de vender cosas que ya no utiliza, todo, y una vez definido esto la cosa será más fácil. Es bonito soñar, pero, ver equipos que no están a nuestro alcance sólo nos hará sentir frustrados y quizá hasta lleguemos a pensar que para ser buen fotógrafo hay que ser rico, lo cual no es cierto. Debo insistir en que este paso es de suma importancia, y debemos definir bien ese monto, con la mayor exactitud posible

2. Váyase a lo seguro en cuanto a marcas. Lo mejor es elegir entre Canon y Nikon. Cualquiera de las dos marcas es buena, una tiene ventajas en ciertos aspectos sobre la otra, y viceversa, pero, ambas son buenas. La marca podría estar regida por su presupuesto, normalmente Nikon es más caro que Canon. Pero, siéntase sin culpa al elegir la marca que a usted más le parezca, con ninguna de las dos se va a equivocar. Los accesorios Nikon pueden ser más difíciles de encontrar localmente, pero hasta ahí.

3. Defina qué lentes comprar. Para definir esto yo sugiero que escoja unas 50 fotos que usted ha tomado con su cámara digital, al azar, y le busque en los datos EXIF (información de los parámetros de la foto que se puede obtener en las propiedades del archivo jpg) el valor de distancia focal, los número van entre 5 mm y 75 mm, aproximadamente, pero estos valores hay que multiplicarlos por un factor de 6, par obtener las verdaderas distancias focales en formato de 35mm (cada camarita trae su propio rango y su propio factor de conversión). Una vez convertidas las focales con este factor, haga una tabulación para ver que distancias focales son las que usted más usa y en base a eso escoja el rango de distancia focal del lente o los lentes que va a comprar.  Si sólo tiene presupuesto para comprar un lente, esta tabulación le será de mucho provecho para escoger ese lente inicial. Si el presupuesto alcanza para más lentes, entonces, sugiero al menos las siguientes focales: un lente 50 mm, un lente 18-55mm, un lente 55-250 mm y un lente 10-22mm. Si usted es apasionado del macro, quizá pueda sustituir el lente 50mm por un lente macro de 100mm. Los lentes menos caros son los que tienen valores de f 4 hacia arriba y son recomendables para hacer fotografías en buenas condiciones de luz. Sin embargo, si usted hace muchas fotos en condiciones de luz muy pobres, es recomendable que adquiera al menos un lente luminoso (f 2.8, p. ej.)

4. Es importante considerar la compra de un flash que pueda montarse sobre la cámara, el flash que trae ya incorporado la cámara da una luz directa muy dura, por lo que se sacrifica la estética de la fotografía al usarlo, los fotógrafos considerados como profesionales jamás usan el flash de la cámara, de hecho, las cámaras réflex de la gama más alta ni siquiera traen este flash incorporado. El flash externo le dará un mejor control sobre la iluminación de la escena, para que sea más natural y no se vea como que la foto se iluminó con luz de estadio. Si esto no puede lograrse al momento de comprar la cámara, debería ser el siguiente paso a seguir a corto plazo.

5. Sugiero hacer la compra en los Estados Unidos, ya sea en alguna tienda especializada o a través de AMAZON o Ebay, pero es recomendable que  envíe su compra a alguna dirección de USA, y luego algún familiar o amigo que viaje le traiga el equipo como equipaje de mano. Esto con la finalidad de ahorrar al máximo posible, porque al hacer el envío con el shipping directo de las tiendas hasta El Salvador saldrá muy caro y si usted posee un buzón (P. O. Box), al traerlo por courier estará pagando aproximadamente el 50% del monto de la compra, entre envío e impuestos de aduana.

Algunas tiendas de confianza:  Adorama, B&H. En Amazon y en Ebay siempre hay que ver la calificación del vendedor.

6. Recuerde incluir en su compra lo siguiente: al menos una batería extra para la cámara, un par de tarjetas de memoria de 16 G cada una, los parasoles de los lentes, un bolso para guardar la cámara y los lentes, un kit de limpieza y filtros UV para cada uno de los lentes (indispensable). Otras cosas menores, como trípode, quizá las pueda conseguir localmente.

7. Si tiene algún amigo que sea fotógrafo profesional, no dude en pedirle asesoría.

8. Recuerde tener definido el monto máximo de su presupuesto antes de comenzar a cotizar y guíese por ese monto.

9. Asegúrese de haber cumplido al pie de la letra el punto No. 1 y el punto No. 8

10. Asegúrese de haber cumplido al pie de la letra el punto No. 9

Mucha suerte en su proceso de selección, le tomará algunas semanas llegar a la combinación correcta, si tiene alguna duda sobre el tema, puede contactarme, y con gusto puedo enviarle mis comentarios.

¡Buena luz!

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VIII Festival de poesía de Granada, Nicaragua.

Ya han pasado 2 meses y no había encontrado el espacio para escribir sobre mi participación en el Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua, de este año.

La invitación surgió a través de mi participación, el año pasado, en el X Festival internacional de poesía de El Salvador, me tocó leer en la Plaza Barrios junto a otros poetas, entre ellos el poeta nicaraguense Héctor Avellán quien me recomendó con la gente del festival y a los pocos días me pidieron mandarles algunos poemas para evaluación. A la siguiente semana me llegó la invitación formal.

El viaje lo hice por tierra, en un bus al que se le arruinó al aire acondicionado. Tuvimos un retraso de una hora en Honduras esperando por otros pasajeros. También alguien hizo un desastre en el baño y cada vez que se abría la puerta era una «oleada» muy desagradable la que se sentía. Llegué a Managua a eso de las 2 pm, se suponía que alguien del Festival estaría esperándome, pero nadie se me acercó hasta después de pasados unos 10 minutos. Mi opinión es que la persona que me estaba esperando me vio, pero me pasó por alto porque no me vio el «look» de poeta, yo vestía mis tradicionales jeans y una camiseta, no usaba boina y, pues, finalmente, ¿cómo se puede ser poeta sin usar una?

De entrada Granada me gustó, podría decir que es como un Suchitoto del tamaño de Santa Ana, un poco más grande, algo así, es lo más aproximado que se me ocurre. El «Mombacho», el volcán que se impone desde cualquier parte de la ciudad, siempre mantuvo una nube sobre él, que se ve muy espesa. Solamente en una ocasión durante la semana que estuve allá, pude ver el volcán sin la nube. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que Granada es una ciudad muy bella.

Mi visita la hice en calidad de poeta invitado al Festival, pero aproveché para ver la ciudad también como fotógrafo, al final del post les dejo unos enlaces a las fotografías que hice. Fueron más de 100 poetas invitados, de todas partes del mundo, en este enlace se puede ver el listado de los poetas invitados. El plato fuerte era el poeta ganador del premio Nobel de literatura en 1992, Derek Walcott, un peso pesado. El otro representante de El Salvador fue el poeta Ricardo Lindo, una gran persona.

El nivel de poesía fue hasta cierto punto aceptable, en las lecturas que pude escuchar, pero realmente esperaba más de algunos poetas que se supone que son los más experimentados. Como dato curioso, me pusieron en una mesa de lectura dedicada a la Costa Caribeña, siendo que El Salvador no tiene costa en el Atlántico. En dicha mesa me tocó leer mis textos después del poeta dominicano Frank Baez, quien leyó unos poemas muy buenos y con el «plus» de que su forma de leerlos les da mayor fuerza interpretativa, los textos que leyó estaban llenos de un sarcasmo muy delicado que el público disfrutó, rindiéndole un aplauso muy emotivo y dejándolos de muy buen humor, en mi opinión. Eso significó para mí un reto adicional ya que no podía llegar simplemente a leer mis poemas oscuros y quitarle esa sensación de alegría a la gente, entonces, me tocó improvisar. Cité un verso de Carlos Martínez (el poeta homenajeado) que decía: «hacer un poema era como planificar un crimen perfecto» y, dicho esto, dije que yo estaba muy contento de estar compartiendo el festival con tantos «criminales», refiriéndome a los poetas invitados. El público entendió el chiste, aplaudieron y luego procedí a leerles mis textos no tan chistosos.

Puedo decir que la experiencia fue enriquecedora, respirar sólo poesía durante una semana es algo que no se da todos los días, mucho menos en nuestro país, en el que tan olvidada está la poesía y muchas otras expresiones artísticas, por parte del Estado y, por ende, del público. Alguien dijo por ahí que a los recitales de poesía sólo llegan los poetas amigos de los poetas que van a leer y algunos familiares y esto, tristemente, es cierto.

La gente en Granada es muy amable, se respira un clima de seguridad que es imposible sentir acá. Allá pude caminar a altas horas de la noche hacia mi hotel, con todo mi equipo fotográfico en mi mochila, con toda confianza. Claro, hablo del centro histórico, en las afueras de la ciudad no sé si será igual de seguro. Sin embargo, la sicosis a la que estamos acostumbrado en El Salvador se hacía presente constantemente.

La Ciudad de Granada ha solicitado ser nombrada patrimonio de la humanidad y esto fue uno de los puntos de la declaración del festival, en nombre de todos los poetas que han participado a lo largo de las ocho ediciones del mismo.

Me da envidia, de la buena, cómo los Granadinos, a través de las expresiones artísticas, luchan por el desarrollo de su ciudad.

Este festival es eso, un festival, una gran fiesta donde no hubo mucho tiempo para ponerse intelectual, se trataba de celebrar con la poesía en combinación con las tradiciones lugareñas.

En este enlace pueden ver imágenes del desarrollo del festival y en este otro enlace pueden ver fotos de la ciudad de Granada.

En la foto: vista del volcán Mombacho. Al pie puede verse el Lago Cocibolca, conocido también como El Gran lago de Nicaragua.

Categorías: Fotografía, Poesía

Estoy de regre.

Entre 2006 y 2009 me mantuve «blogueando» a través de mi antiguo blog llamado «Cuando la célula explota». Era mi blog personal, escribía temas variados sobre las cosas con las que me relacionaba en el día a día. Un buen día decidí borrar el blog por razones que aún desconozco. Paralelamente, mantenía un photoblog que se llamaba «Se me olvidó poner el rollo», sin embargo, ese blog fue víctima de la facilidad con la que se comparten fotos en facebook y en flickr y terminó siendo enterrado también.

Recientemente, hablo de inicios de 2011, decidí probar en Tumblr, pero el formato no me gustó para escribir cosas, sino más bien para compartir algunas series de fotos y posts de otros autores, pero lo he ido dejando poco a poco.

He decidido retomar la «blogueada», pero con el formato de un blog que no esté dedicado a una especialidad, un blog personal en el que pueda escribir sobre todo lo que sé y sobre lo que no sé también 🙂 . Ya había posteado cosas en este nuevo blog de wordpress, que abrí en noviembre de 2011, pero hagamos de cuenta y caso que iniciamos con este post.

Los invito a mantenerse al tanto, vamos a ver si no he perdido la práctica.

Atentamente,

René Figueroa.

Categorías: Personal