Inicio > dramaturgia > De parecidos y olvidos

De parecidos y olvidos

De parecidos y olvidos

Este es un breve comentario sobre el sentido dramático de la obra “Atando cabos”, de la dramaturga argentina Griselda Gambaro, con un enfoque desde la fábula y el discurso autoral. Fue realizado como parte de mi proceso formativo en dramaturgia, en el Espacio Permanente de Formación en Escritura Dramática «Didascalia», que facilitan Jorgelina Cerritos y Los del Quinto Piso.

Por René Figueroa

¿Decirle a alguien que parece un poco militar cae ya en la categoría de insulto? Para Elisa, la protagonista de “Atando cabos”, por lo menos en principio, es una señal sobre la que hay que tener cuidado. Este texto es el clásico ejemplo de cómo se puede componer un texto dramático a partir de la fabulación de una historia de ficción, para posicionar de manera contundente un discurso autoral adosado a un hecho histórico. Gambaro se inventa la historia de un naufragio, la cual introduce mediante un coqueteo que capta nuestra atención, para, al final, restregarnos en la cara la corta memoria histórica de la que padece nuestra sociedad, pero, al mismo tiempo, contagiarnos de una buena dosis de coraje para evitar que lleguemos al despreciado olvido.

Dos veces le dice Elisa a Martín que parece un poco militar, pero a pesar de eso ella ha accedido a hablar con él, ¿será que con sus atenciones él ha hecho que ella gane confianza o es que ella, al creer que es un militar, ha decidido dejar que él se le acerque, para así poder descargar la furia que su memoria le permita conservar?

Si leemos llanamente el texto, la historia es simple: dos personas socializan durante un naufragio, llegando a establecer un vínculo mínimo que les permite hablar de su pasado. Sin embargo, la autora nos va desvelando, poco a poco, pistas de sus verdaderas intenciones, empezando por la dedicatoria: “A los chicos de la noche de los lápices”, en alusión a un grupo de estudiantes que fueron víctimas mortales de hechos represivos de la dictadura argentina, en 1976. Luego, se menciona el parecido a militar que tiene Martín, dejando en el lector un olor a pólvora, que se reitera en otra parte del texto. Los personajes, entonces, empiezan a representar, por un lado, Elisa, a las víctimas, y, por el otro, Martín, a los victimarios. La tensión en la fábula, inicialmente, va creciendo en torno al naufragio en alta mar, el choque, el chaleco salvavidas, el escape en balsa, el racionamiento del agua y la comida, la llegada de la noche, el miedo de Martín; luego, se traslada a la plática: Martín se cansa de escuchar hablar a Elisa, pero no es tanto porque ella hable mucho, sino por lo que dice, mejor dicho, por lo que ella “denuncia”, con relación a la muerte de su hija. En este ir y venir de palabras, Martín va cayendo en esa trampa con la que Elisa pretende quizá descargar su furia, así, el pez va muriendo por su boca, y al verse descubierto en el conocimiento que tiene sobre ciertos hechos, su excusa es que ha caído en la cuenta de eso porque ha ido atando cabos. Así, la tensión dramática crece hasta explotar, cuando, ya hacia el final, la autora introduce hechos del pasado ficcional que son perfectamente identificables como hechos históricos reales, para un argentino, al contarle a Martín que su hija se juntó con otros chicos para una necedad, que era una rebaja del omnibús o algo así. Para alguien ajeno ese país, esto solo representaría un hecho más del pasado de Elisa, pero, en realidad, desde acá se va configurando el cierre del discurso de la autora, que más adelante pone en boca de Elisa, cuando le dice a Martín: “No contar con mi resignación es su fracaso. No conseguir borrar mi memoria, su naufragio. En esta tierra que transito usted no puede vivir. En estas aguas, usted no sabe nadar”. Así, la autora ha construido, dentro de esa fábula, un personaje que nos invita a evitar el olvido y preservar la memoria histórica, como un hecho reivindicativo.

Anuncio publicitario
  1. No hay comentarios aún.
  1. No trackbacks yet.

Tu opinión es importante

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: